dilluns, 12 de gener del 2009

Hacia una ontologia del ser social


Mensaje de Alexandre a Joaquín
Decía Lukács:

 

"En los años `20, Korsch, Gramsci y yo mismo intentamos, cada uno a su modo, enfrentamos con el problema de la necesidad social y con su interpretación mecanicista, herencia de la II Internacional. Heredamos el problema pero ninguno de nosotros -ni siquiera Gramsci que quizás era el mejor dotado de los tres- supo resolverlo. Nos equivocamos y sería un error tratar de revivir las obras de aquel período como si fuesen válidas en nuestros días. En Occidente hay una tendencia a erigirlas en "clásicos de la herejía", pero hoy no tenemos necesidad de ellas. Los años `20 ya han pasado y lo que debe preocupamos son los problemas filosóficos de los años `60. Estoy trabajando actualmente en una Ontología del ser social que espero resuelva los problemas que planteé de un modo totalmente erróneo en mis primeras obras, particularmente en Historia y conciencia de clase. Mi nueva obra se centra en la cuestión de las relaciones entre necesidad y libertad, o, para emplear otra expresión, teleología y causalidad. Tradicionalmente los filósofos han construido sus sistemas sobre uno a otro de estos dos polos: o han negado la necesidad o han negado la libertad humana. Mi objetivo es mostrar la interrelación ontológica entre ambos y rechazar los puntos de vista del "o bien..., o bien" según los cuales la filosofía ha representado tradicionalmente al hombre. El concepto de trabajo es el pivote de mi análisis. Pues el trabajo no está biológicamente determinado. Cuando un león ataca a un antílope, su comportamiento está determinado por una necesidad biológica y sólo por ella. Pero cuando el hombre primitivo se encuentra ante un montón de piedras, debe elegir una de ellas, valorar la que le parezca más adecuada para convertirse en un instrumento, elige entre varias alternativas. La noción de alternativa es fundamental para la significación del trabajo humano, que siempre es por consiguiente, teleológico: fija un objetivo que resulta de una decisión. Así se expresa la libertad humana. Pero esta libertad sólo existe en la puesta en movimiento de una serie de fuerzas físicas objetivas que obedecen a las leyes causales del universo material. La teleología está siempre coordinada, pues, con la causalidad física, y, de hecho, el resultado del trabajo de cada individuo es un momento de la causalidad física para la orientación teleológica de los otros individuos. La fe en una teleología de la naturaleza es algo propio de la teología. Y la fe en una teleología inmanente a la historia carece de fundamento. Pero existe una teleología en cada trabajo humano, íntimamente inserta en la causalidad del mundo físico. Esta posición, que es el núcleo a partir del cual desarrollo mi obra actual, supera la clásica antinomia de la necesidad y la libertad. Pero quisiera subrayar que no estoy tratando de construir un sistema exhaustivo. El título de mi obra -que ya está terminada, pero de la que estoy rehaciendo los primeros capítulos- es Hacia una ontología del ser social. Fíjese en la diferencia. La tarea a la que estoy consagrado necesitará el trabajo colectivo de muchos pensadores para poderse desarrollar. Pero espero que mostrará la base ontológica de este socialismo de la vida cotidiana al que antes me refería."


Respuesta de Joaquín: 


Bueno. 

En primer lugar, eso es zanjar el pasado y ofrecer la ultima moda: ahora sí viene lo bueno. Por suerte tenemos "mnemosyne", memoria: la obra de ellos. 

En segundo lugar. La consciencia de clase atribuible y el partido no son la teoria Gramsci,ni del Gramsci del 20 ("consejos de fébrica"). Y lo que Gramsci aprende en la URSS es, cuando va ya después de la derrota, la alianza con los campesinos. Y,después, con el fascismo, ya los cuadernos de la Cárcel están "en otra época, en la de las ideas del final de L: esas ideas de relación entre necesidad y libertad, o sea que en cada momento el sujeto en lucha desde el "interior" de la lucha, desde la "conciencia participante" en la lucha , en el desarrollo de nuevas facultades y de nuevas experiencias e imaginaciones, por usar un término antropológico, en función de lo que se experimenta como necesidad y posibilidad van decidiendo su meta concreta (el términomedio aristotélico de Luckács).

En fin las de Luckács son frases atormentadas sobre el pasado...todo ese rechazo a su propia obra anterior al marxismo,...

¿Y de la obra de Marx, nacida en medio de derrotas?¿que decir, entonces? La idea de que se les lea como herejes, para separarlos del tronco central del comunismo, que se use Historia y Conciencia de Clase contra el comunismo desde el izquierdismo, también le obsesiona... 

1 comentari:

  1. Queridos amigos, a pesar de los mensajes tranquilizadores de Joan, he de confesaros que vivo con una aténtica angustia el hecho de no ser/estar más presente en vuestros diálogos.Si mi debil cabeza aguanta y las tentaciones literarias me lo permiten (!que alegría leer el correo de Joaquín y su confesión de haber sucumbido a las tentaciones literarias durante las vacaciones, no soy el único pecador!)intentaré entrar en liza.
    Tengo un problema que puede llegar a no serlo, sino todo lo contrario, estoy leyendo a Castoriadis, aparentemente muy lejos de Lukacs, o no,és otro que construye ontología, y seguramente entre los ontólogos debe haber aires de familia porque a veces aparecen en la lectura conexiones,o intuiciones de conexiones que de tener tiempo y capacidades me gustaría profundizar pero eso supondría leer a la vez la obra del francés y refrescar la Ontología, es decir, hercúleo.
    El texto que propone Alexandre debe ser del libro de entrevistas de Lukacs con Abendroth o algo parecido. Me gustaría destacar lo directo que va al nudo de la cuestión, necesidad y finalidad, el hombre y la naturaleza, la causalidad y la teleología y su instalación en el lugar teleologico por excelencia, el trabajo.
    La necesidad d plantear el socialism desde una ontología del ser social respondiendo a los profundos cambios del capitalismo en los 60. No creo que de aquí se derive una teoria política de élites sabias y conductoras, ni siquiera la necesidad de una teoria política en sentido fuerte.

    ResponElimina